Aunque comparten algunos síntomas, el esguince y la fractura no son lo mismo. Ambas están entre las lesiones más frecuentes que se presentan en el ámbito de la traumatología, por lo que en una primera instancia es difícil reconocer de cuál de las dos se trata.

Estas lesiones se producen por diversas razones y en distintas circunstancias. Caídas, resbalones o golpes pueden generar daños en nuestras articulaciones y dependiendo de los tejidos que estas afecten se podrá determinar si estamos ante un esguince o una fractura.

Un esguince se da cuando un ligamento que conecta dos o más huesos en una articulación se estira más de la cuenta, incluso llegando a romperse, mientras que una factura se da cuando un hueso se rompe porque recibió una fuerza o presión mayor a la que puede soportar. Pueden ser de dos tipos: cerradas o expuestas.

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Ambas lesiones presentan síntomas similares como dolor en la zona afectada, hinchazón y la aparición de hematomas, estos últimos se dan en los esguinces cuando son de gravedad. Cuando se trata de un esguince hay gran dificultad para mover la articulación, es prácticamente imposible, pero cuando es una fractura la extremidad se deforma o se ve fuera de lugar. Hay casos en los que es evidente que se trata de una fractura ya que la lesión queda expuesta.

Cuando alguien presenta una lesión de este tipo debe acudir a un especialista para que determine cuál es la afectación y qué tratamiento debe seguir para recuperarse.

Primeros auxilios en cada caso

Esguince

  • Reposo: Inmovilizar la extremidad y evitando presionar la zona.
  • Hielo: Aplicar una compresa fría sobre la lesión por 10 minutos varias veces al día.
  • Compresión: Realiza un vendaje compresivo y firme en la zona distante a la lesión y más ligera en la zona afectada. Con el objetivo de estimular la irrigación sanguínea a la lesión.
  • Elevación: Es recomendable mantener la extremidad en alto para prevenir o limitar la hinchazón.

Fractura

  • No improvises: No debes masajear la zona o tratar de poner el hueso en su lugar, esto es algo de lo que debe encargarse únicamente un especialista.
  • Despeja el área: Si llevas relojes, pulsera u otros accesorios los mejor es retirarlos para evitar que generen presión.
  • Frenar la hemorragia: Esta se debe detener aplicando comprensión directa con un paño limpio, venda o gasa. Además, se recomienda poner la extremidad en alto para disminuir la presión de la sangre y reducir la hemorragia.
  • Inmoviliza la articulación: Esto dependerá de la zona del cuerpo afectada. (I)