<strong>Dr. Eduardo Santillán<br /> Ph.D. Neuropsiquiatra-Terapeuta</strong>Establezca un horario y sujétese a él. Los niños que padecen este trastorno son rígidos en su vida diaria, por lo que usted debe desarrollar un horario donde ellos puedan cumplir actividades que cumplan constantemente el mismo horario, si no lo hacemos así, fomentaremos incomprensión y frustración.Así le ayudaremos a disminuir su ansiedad y estrés, dado que estaremos facilitando su habitualidad constructiva.<br /> Elabore un horario semanal de gran tamaño en cartulina y colóquelo sobre una plancha de corcho. Instálelo en un lugar visible y seguro para que el niño pueda consultarlo cada vez que necesite hacerlo. Procure una vez a la semana o máximo cada dos, modificar un día a la semana ciertas actividades, para que gradualmente pueda aceptar ciertas modificaciones sin padecer extremadamente.Procure no exasperarse ni caer en cólera. Cuando haga algo que no esté bien o su conducta haya sido impropia hay que hacérselo saber, pero sin mostrar hosquedad, ni ser áspero o brusco. De lo contrario, incidiremos negativamente en sus nervios y ansiedades. Hable sin utilizar muchas palabras ni muchas frases, debemos respetar sus silencios y sus deseos de estar solo.Obligarlo a escucharnos sería contraproducente, dado que ampliaríamos su ansiedad. ¡Prémielo! siempre que haga algo bien, otórguele algo que realmente le guste, estos niños necesitan, como todos, incentivos y estímulos, cuando obren mal quíteles algo que les agrade. Lo que le enseñe al niño a hacer es un nuevo aprendizaje que por su condición particular requiere invertir una buena cantidad de tiempo y paciencia. (O)