¡Bravo! Esa fue la primera palabra que pensé después de ver La Dama Tapada, el origen de la leyenda. Bravo por presentar una película ecuatoriana enmarcada en el género del terror y el suspenso que, aunque está basada en una leyenda tradicional, se siente muy contemporánea y real, alejada de ese mal llamado costumbrismo o realismo al que nos han sometido muchas de las cintas realizadas en este país.