Una ciudad dispersa trae conflictos, sobre todo en el transporte y dotación de servicios básicos. Un claro ejemplo de esto es el tema de las invasiones, que aunque ilegales, a la larga son zonas que si se consolidan -como Monte Sinaí, en el presente; o el Guasmo, en el pasado-, tendrán que ser legalizadas y atendidas para dotarlas de agua potable, energía eléctrica, servicios de comunicación (teléfono, internet), alcantarillado, recolección de basura, seguridad, centros educativos, hospitales, etc.