Carmen Freire es madre de un paciente de hemofilia severa. Ella llegó hasta los exteriores de consulta externa del hospital Teodoro Maldonado Carbo del Instituto Ecuatoriano de Seguridad Social (IESS), en el sur de Guayaquil, para unirse a un plantón que convocaron personas que padecen la enfermedad.

Levantaron pancartas para solicitar a las autoridades que se agilite la compra de los medicamentos que reciben a diario. Al hijo de Carmen le inyectan dos veces el fármaco Factor 8 recombinante.

”Estamos ya en alerta roja porque prácticamente, lo que pudimos saber, en los stocks del hospital hay una cantidad ya mínima como para unos 15, 20 días”, dijo Javier Córdova, presidente de la Asociación de Pacientes Hemofílicos.

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Según el dirigente, quien también es paciente, se requiere la compra para asegurar el abastecimiento del segundo semestre del año del Factor 8 recombinante, Factor de 500 plasmático humano y el Factor 8 de 500 antinhibidor.

Estos son los medicamentos que se colocan a diario o tres veces por semana las personas que padecen hemofilia.

En el año, dijo, se realizan dos compras que permiten que no se interrumpa la entrega de las dosis todos los meses.

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Otro inconveniente por el que se concentraron al plantón es que en los últimos meses a algunos pacientes se les ha cambiado la molécula que deben recibir.

”Al momento que los pacientes vienen (a consulta), les intercambian la molécula por la que no es y les dan algo similar, entonces no está lo indicado. Estamos hablando de cuántos pacientes que se verían afectados”, señaló.

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De hecho, el hijo de Carmen Freire es a uno de los que se le modificó el medicamento hace dos meses. Él es uno de los 50 pacientes que se atienden en el hospital.

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”No podemos solventar nosotros mismos los medicamentos porque son muy costosos, en el año podría llegar el gasto a los $ 60.000 o $ 120.000″, dijo el presidente de la Asociación de Pacientes Hemofílicos.

El temor de los pacientes es que, al descontinuar la colocación de las dosis, puedan sufrir de hemorragias, sangrados intracraneales, gástricos, entre otros efectos.

Por su parte, el gerente del hospital Teodoro Maldonado Carbo, Mac Mera, dijo que la medicación existe, se les está suministrando y los procesos de contratación están en marcha para que no exista esa escasez futura que preocupa a los pacientes.

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”Estamos claros que reclamo es por una supuesta falta futura, algo que descartó y que queda como compromiso decir que está supuesta escasez no habrá”, señaló.

El directivo del hospital dijo que, desde que se asumió la administración, se ha colocado como prioridad a los enfermos judicializados, catastróficos y crónicos porque son aquellos que necesitan una medicación permanente. (I)