No importa si es de día o de noche. A cualquier hora, un ratón ingresa por la rendija de la puerta y se pasea por la sala, atemorizando a Soraya hasta los gritos. Se sube a un mueble y aplaude insistentemente para espantarlo y alertar a su hijo Carlos, quien lo corretea con la escoba hasta que regrese a la alcantarilla cercana a su casa, en los alrededores de un mercado informal del suburbio.

“Mi hijo ha matado a unos diez ratones este año, pero otros se escapan y siguen apareciendo porque la calle queda sucia cuando se van los vendedores”, comenta la mujer, de 41 años, quien padece cuando su único hijo (19) se dirige a la universidad y queda sola en su hogar: “Me asustan, me dan asco, no los puedo ver, es un tormento vivir así”.

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En otros sectores de la ciudad, la presencia de estos animales es mayor, como en Los Vergeles, Nueva Prosperina, Florida Norte, la zona comercial de la Bahía, entre otras. Es común ver a roedores que se escabullen en las fundas de basura, acumuladas en esquinas y veredas, y corren hacia las casas o sumideros cercanos. Es una problemática que también es reconocida por el Municipio de Guayaquil.

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“Varios sectores de la ciudad de Guayaquil y sus parroquias rurales están infestados de roedores”, señala un documento firmado por Juan Carlos González, director de Salud e Higiene del Municipio de cabildo, el 15 de mayo. En este informe se expone la necesidad de comprar raticida para disminuir la población de roedores, que hasta ese momento había infectado a personas con leptospirosis en el sector de Los Vergeles.

A nivel nacional, el Ministerio de Salud reporta 197 casos de leptospirosis, 83 de ellos en la provincia de Guayas, según las últimas cifras publicadas por esta entidad en la semana 19 (mayo) del 2024. La mayoría de los casos se concentran en adultos de 20 a 49 años.

El año pasado, el departamento de Control de Vectores del cabildo realizó la desratización de 217.426 casas (1,4 millones de beneficiarios) en Guayaquil. Mientras, este año se había colocado veneno para ratas en 467 viviendas (17.801 habitantes), de acuerdo al reporte de mayo, en el que se indica que “actualmente no contamos con stock para continuar atendiendo las solicitudes de la ciudadanía de desratizaciones en la ciudad de Guayaquil y sus parroquias rurales”.

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Las últimas publicaciones del cabildo, en sus redes sociales, datan de abril, cuando brigadas fumigaron y colocaron el veneno para ratas en zonas del sur, como en el parque Forestal, y en Colinas de la Florida, en el norte.

Ante la falta de este producto, el Municipio inició este mes de junio el proceso de compra de 12.000 kilos de raticidas en bloque o cubos por un monto referencial de $ 138.000. Sin embargo, esta adquisición –que se tenía previsto adjudicar el próximo 3 de julio– se encuentra suspendida. No se explican los motivos de esta decisión, en los documentos del proceso.

El último oficio subido en el portal del Sercop es el acta de preguntas y respuestas, en donde un proveedor cuestionó que se soliciten certificados y permisos otorgados por la Dirección Provincial de Salud de Guayas. “Se evidencia que este proceso se está direccionando, ya que no se está solicitando documentación del producto sino más bien del oferente, lo cual se está incumpliendo el art. 4 de la normativa del Sercop, ya que no hay un trato igualitario a todos los oferentes”, expuso el oferente interesado.

Ante esta observación, la Comisión Técnica del proceso modificó y reemplazó dicho requerimiento por certificados de Buenas Prácticas o permiso de funcionamiento, emitido por la Arcsa. También, se pidió el certificado de ser distribuidor autorizado del raticida.

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La última adquisición de este veneno la realizó el cabildo porteño en febrero del 2021, cuando se compraron 17.000 kilos del raticida en bloques y 15.000 kilos encapsulados (pellets) por $ 310.700. El proveedor elegido ese año fue Americanstar S. A., empresa guayaquileña que también presentó su proforma en este nuevo proceso de contratación por $ 199.560.

El precio de cada kilo del producto casi duplica el valor del 2021, de $ 8,9 pasó a $ 16,6 en la cotización de mayo pasado. Otras dos empresas, Inmoya y Exceptioncorp, entregaron también sus proformas por un monto unitario de $ 13,99 y $ 11,50 por cada kilo. Este último valor es el que fue acogido por el cabildo para establecer el monto referencial de $ 138.000.

Si se levanta la suspensión del producto y se continúa con el proceso, el contratista seleccionado deberá entregar el producto en un plazo de hasta tres meses, en la antigua procesadora de basura, ubicada en el sector de Flor de Bastión. El 30 % del raticida deberá disponerse a los 30 días, a partir de la suscripción del contrato, y el restante 70 %, a los 90 días.

Hasta que la compra se concrete, los pedidos de los guayaquileños se multiplican: “Todo Guayaquil atestado de ratas, salen de alcantarilla y se meten a las casas. Municipalidad por favor hacer desratización”, pidió Angela Montalvo, en días pasados en sus redes sociales. En tanto, Carmen Segura, de Prosperina, solicitó: “Necesitamos que se los exterminen. Hay muchos roedores, se los puede ver en las calles, en las veredas, cuando trepan por las paredes hasta los techos de casas vecinas, da asco”. (I)