Luis, de 15 años, acudió a sus clases normales en el colegio, sin ningún malestar, el viernes 8 de julio. Pero esa condición cambió a las pocas horas: la temperatura subió hasta 39 grados y empezó a debilitarse, por lo que el departamento médico del plantel llamó a sus padres para que lo fueran a retirar.