Caminaba por la calle Pichincha con su hija de 7 años cuando un hombre que pasó en sentido contrario le rozó el brazo izquierdo y le dijo: “¡qué rica que estás!, mijita”. Aquella rápida acción desconcertó a Isabella, de 28 años, quien por seguridad apretó más la mano de su hija y aceleró el paso hacia el malecón Simón Bolívar, donde iban a pasear.