Vanessa Alvarado, de repente, observó que su hijo de 5 años dejó de correr a la salida de la escuela, llegaba fatigado a casa y con dolor estomacal. Al pasar los días, el niño tuvo una deshidratación severa por diarrea y fiebre de más de 38 grados. En la cita médica le indicaron que tenía infección gastrointestinal.