La corbeta misilera Loja se alejaba del muelle del Yacht Club Naval, en el malecón Simón Bolívar, y el rostro de Doménica Bustamante se enrojecía cada vez más. Sus lágrimas caían acompañadas de un agitamiento que se visibilizaba cuando alzaba los brazos para despedirse del cabo segundo Carlos Tituana, su esposo.