Organizar un evento deportivo internacional como el Challenger ATP Ciudad de Guayaquil ya es un reto en tiempos normales. Sin embargo, en el contexto actual de una ciudad que enfrenta una creciente inseguridad y los persistentes apagones, esta labor se convierte en una verdadera hazaña.
Es por eso que vale la pena reconocer el esfuerzo que cada año realizan Andrés Gómez y Luis Adrián Morejón, junto con su equipo, para hacer posible este torneo. Gracias a su dedicación, el Challenger ha sido la plataforma de lanzamiento para futuras estrellas del tenis que, tras competir en Guayaquil, han alcanzado el Top del ATP Tour.
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Grandes nombres como Juan Martín del Potro, Nicolás Lapentti, Guillermo Cañas, Nicolás Jarry y Francisco Cerúndolo han engalanado las canchas del Guayaquil Tenis Club, primero en el centro de la ciudad y ahora en el Anexo de Samborondón. Cada noviembre, los aficionados se congregan para ver en acción a estos talentos, convirtiendo este evento en un verdadero festival del deporte blanco.
Es acertado que el Municipio de Guayaquil apoye un evento que lleva el nombre de la ciudad, pues este torneo proyecta una imagen positiva y demuestra que Guayaquil no es solo crónica roja o emergencias sanitarias.
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La transmisión de los partidos a través de ESPN y sus plataformas tecnológicas, además, se convierte en una valiosa ventana de promoción turística. Pocos eventos tienen el poder de poner a Guayaquil en la mira internacional, y el Challenger cumple esa función de manera excepcional.
A pesar de los molestos apagones, los aficionados hemos encontrado la manera de seguir grandes torneos internacionales, como los de Pekín, Basilea, y los prestigiosos Masters 1000 de Shanghái y París.
Estos eventos, que cierran la temporada 2024, son la antesala de las finales del Masters en Turín y de la Copa Davis en Málaga, que se jugará a partir del 19 de noviembre.
Para los amantes del tenis, poder disfrutar del talento de los mejores raquetistas del mundo es un oasis en medio de la oscuridad, una escapatoria que nos recuerda la grandeza del deporte, incluso en tiempos difíciles. (D)