“¡Que nadie se suba a la bicicleta de Richard Carapaz!”, se exigía en redes sociales en junio del 2019 luego de la consagración del carchense como campeón del Giro de Italia. El pedido se puso de moda. Iba dirigido a quienes desde ciertas áreas del Gobierno se promocionaron como responsables del éxito del ciclista en esa carrera (compitió como parte del equipo profesional Movistar, no con ayuda del Estado). Fueron los mismos que lo expulsaron de los Juegos Bolivarianos de Santa Marta, Colombia, en el 2017, sin darle posibilidad de defenderse de una acusación de indisciplina, y los que también intentaron adjudicarse protagonismo en la obtención del oro olímpico en los Juegos de Tokio 2020.