Cuando en agosto del 2017 en el planeta se produjo un alboroto por los 222 millones de euros ($263 millones, para la conversión de la época) que el Paris Saint-Germain pagó al FC Barcelona por Neymar -según la versiones oficiales esa fue la cantidad- ya el béisbol de las Grandes Ligas acumulaba varios megacontratos que superaban al del fichaje del brasileño.