Juan Manuel Correa, a los 21 años, tiene la vida por delante y cientos de retos que puede trazarse en el ámbito deportivo y profesional. El fatal accidente en el Gran Premio de Bélgica de Fórmula 2, en el 2019, no obstante fue un serio problema en muchos sentidos. Algunos sugerían que era una locura que el piloto nacido en Quito volviese a las pistas este año, y, a su vez él comprendía que las escuderías no estuvieran convencidas de que ya estaba listo para correr. Pero Juan Manuel, un chico pragmático y metódico -así lo describe su padre, Juan Carlos Correa-, logró volver. ¿La clave? Perseverancia, tenacidad y pasión. Conforme avanzaron los test de pretemporada y las pruebas correspondientes al campeonato FIA de Fórmula 3, en el que compite para el equipo francés ART Grand Prix, él narra que “ha encontrado muchas respuestas desde muchas preguntas que tenía antes de treparme a un carro por primera vez”. Por tanto, las conclusiones que ha obtenido a partir esas respuestas es que, si bien era “posible regresar”, el hecho de ya estar en las pistas conduciendo “no significa que estoy al ciento por ciento y no significa que va a ser fácil”. Juan Manuel conversó con EL UNIVERSO, vía Zoom, desde Francia antes de su participación el pasado fin de semana en la segunda ronda del mundial de Fórmula 3, disputado en el circuito Paul Ricard, en Le Castellet. Su rehabilitación la intensifica en España, tras las “18 o 20″ operaciones que lleva de momento.