La tercera etapa del Giro de Italia, la última en Hungría, se perfila como una buena oportunidad para los velocistas, con un recorrido casi llano de 201 kilómetros entre Kaposvár y Balatonfüred que augura un final al esprint el domingo.
La etapa discurrirá hacía el lago Balaton, el llamado mar de Hungría (interior). En la primera parte los corredores se acercarán al lago a través de ligeras ondulaciones y al llegar a Nagykanizsa darán la vuelta para volver al Balatón.
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Unas breves subidas y bajadas devolverán al pelotón a la costa para afrontar los últimos 50 kilómetros, que serán a lo largo de la costa con solo un corto tramo exigente en la Abadía de Tihany.
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El final será prácticamente plano. La carretera bordea la costa con un breve descenso, de pocos metros de altura, en el último kilómetro. Los últimos 500 metros de carretera recta tendrán una subida imperceptible hasta la línea de meta, que, si todo va según lo previsto, será una buena oportunidad para ver una victoria al esprint. (D)