El tridente más temido de Europa, tal vez el más costoso, el que reunió este verano el Paris Saint-Germain (PSG) para intimidar a todos los clubes del continente, no funciona. Simplemente, porque prácticamente no existe después de un inicio de curso en el que Messi, Mbappé y Neymar sólo han coincidido sobre el césped en el 25 por ciento de los minutos de los trece partidos oficiales que ha disputado el club parisino.