La edición 47 de la Copa América, desde su inicio, estaba condenada al fracaso por la improvisación y la falta de previsión con que se la concibió. La idea era que esta edición que acaba hoy se realizará al año siguiente de la que se celebró en Brasil 2019, bajo el pretexto de la unificación, a partir del 2020, con el calendario del torneo con la Eurocopa. Pero terminó siendo una mala decisión.