Cuando tenía 13 años y fue convocado a la selección sub-15 de Ecuador para un concentrado que tuvo lugar en Guayaquil, Jeremy Sarmiento recibió una respuesta dolorosa de parte del entonces jefe de las categorías 13 y 15, Luigi Pescarolo: “Tengo otros jugadores en mente que son mejor que tú en este momento”. Desilusionado, el pequeño nacido en Madrid tomó camino de regreso a Inglaterra, donde se estaba formando futbolísticamente y donde, por el contrario, recibió las oportunidades que no vio en la tierra de origen de su padre.