Carlos Villacís Naranjo llegó a la presidencia de la de la Federación Ecuatoriana de Fútbol porque Luis Chiriboga Acosta presentó su “renuncia irrevocable” a ese cargo el 7 de marzo del 2016. El riobambeño, que mandó en la FEF por 18 años, estaba cercado. La Fiscalía General del Estado lo investigaba por presunto lavado de activos -luego de que estallara el FIFAgate- y la justicia de Estados Unidos lo señaló por el supuesto cometimiento de varios actos de corrupción. Villacís, su vicepresidente, lo reemplazó.