Se acabaron definitivamente la época de las vacas gordas en el vestuario blaugrana. Joan Laporta está decidido a poner fin definitivamente a los salarios disparados y estratosféricos que concedió Josep Maria Bartomeu, con el objetivo infructuoso de ganarse la complicidad de los futbolistas entregando dinero. Este derroche desproporcionado ha dejado el dudoso ‘honor’ de ser la plantilla más cara del mundo, con un coste de 560 millones de euros ($ 599.009.600) en fichas. Esta desorbitada cifra se ha visto penalizada por el fair play financiero y un saldo negativo de 144 millones ($ 154.044.000), que deja a los actuales dirigentes prácticamente en un bloqueo ‘de facto’, si no ingresan de manera urgente liquidez.