El Real Madrid cayó derrotado contra el Lille (0-1) tras un gol de penalti en el minuto 48+ de Jonathan David, señalado por una mano dentro del área de Eduardo Camavinga, en la segunda jornada de la Liga de Campeones.
Un resultado que rompió la racha de 14 partidos sin perder del conjunto blanco en la ‘Champions’ y que pudieron evitar dos remates de Antonio Rüdiger en los minutos 86 y 87, pero el guardameta local Lucas Chevalier mantuvo el resultado para los suyos.
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Este resultado va más allá de una simple derrota. El LOSC fulminó el mejor registro sin perder de la carrera de Carlo Ancelotti, 36 partidos consecutivos, y castigó el mal partido de un equipo que tiene un problema lejos del Santiago Bernabéu y que sólo mereció el empate en los últimos minutos.
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El Real Madrid no logra alejarse de la irregularidad. Lo que asomaba como mala tendencia de inicio de visitante, ya es un serio problema. Un solo triunfo en cinco salidas. Tres empates y una derrota que hace tiempo no sufría.
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Una primera mitad sin ritmo en su juego, endeble en el balón largo tras poblar su centro del campo Carlo Ancelotti por la ausencia de inicio de Mbappé, y con una reacción tardía con más orgullo que fútbol.
Ante un rival con un niño al mando. Bouaddi, el día que cumplía 17 años, asumió el reto de dirigir el juego del Lille ante el campeón de Europa. No se amilanó con balón y peleó todo sin él. Enfrente tenía gigantes. Un Real Madrid que exhibió fortaleza física al juntar por primer día a Tchouaméni y Fede Valverde con Camavinga.
En su primer partido marcado por un accidente tras aparecer con eficiencia en labores de contención, al cortar el disparo de una falta con la mano despegada del cuerpo dentro de su área que cambió el rumbo del duelo en el tiempo añadido. Hasta ese momento la igualdad y la ausencia de un equipo dominante marcó el partido.
Era el primer día de Lunin por lesión de Courtois y fue como si el tiempo no hubiese pasado para el portero ucraniano. Como si jugase cada semana y no hubiese sido relegado al puesto de segundo. Con una doble parada brillante evitó el gol de Jonathan David a bocajarro.
Ya nada pudo hacer en el lanzamiento de penalti cuando moría la primera parte. La mano de Camavinga, vista desde el VAR, permitió al Lille encontrar el premio deseado. David no perdonaba y obligaba al Real Madrid a mejorar en el segundo acto.
El partido se marchaba entre intentos a la desesperada y una peinada de Vinícius a mano del portero. Lille era una fiesta. El campeón hincaba la rodilla para meter picante a una ‘Champions’ que estrena formato y en la que debe esquivar los dos partidos extra si no queda entre los ocho primeros. Un récord fue fulminado en un equipo que no perdía desde el 18 de enero. Le queda su racha en LaLiga tras un aviso que debe tener presente. (D)