El nuevo formato de Champions League ha cumplido las promesas que había realizado, a pesar de las críticas por la complejidad y la acumulación de partidos.
Antes de la actual temporada predominaba el escepticismo ante los cambios importantes introducidos por la UEFA para su competición de clubes de referencia, donde el miércoles se completó la primera fase.
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Ya no hay de entrada ocho grupos de cuatro equipos y seis jornadas, sino un grupo único de 36 equipos con ocho jornadas, en las que los equipos se enfrentan a rivales diferentes determinados por un sorteo difícil de comprender realizado en agosto.
Esta ‘nueva Champions’ nació en su día como respuesta al proyecto de una Superliga europea presentado por varios grandes del continente.
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Se buscaba que hubiera más duelos entre grandes en la primera fase y ampliar la emoción hasta el final de la ronda, ya que únicamente ocho formaciones conseguían su pase directo a octavos de final. Lo lograron Liverpool, Barcelona, Arsenal, Inter de Milán, Atlético de Madrid, Bayer Leverkusen, Lille y Aston Villa.
Luego, los equipos comprendidos entre el 9.º y el 24.º puesto tienen que ir a un playoff de repesca, que promete también emociones fuertes porque, por ejemplo, el Manchester City se medirá en él con el Real Madrid o Bayern de Múnich, según determine el sorteo del viernes.
Antes de la última jornada del miércoles, únicamente dos equipos (Liverpool y Barça) habían validado su billete para la próxima ronda, lo que hacía que el ‘supermiércoles’ de 18 partidos simultáneos se presentara con muchas incógnitas por despejar.
La consecuencia directa fueron los goles, muchos goles. Hubo 64 en esa última jornada, una media superior a 3,5 por partido. (D)