El Chelsea, que se enfrenta este miércoles al Real Madrid en la ida de cuartos de final de la Liga de Campeones, tiene congelados sus activos. Solo ingresa dinero por derechos televisivos y este va a un fondo destinado a pagar los sueldos. Una nómina que, entre jugadores y trabajadores supera los 30 millones de euros mensuales. Por eso, a cada día que pasa con el club sin venderse, aumentan las preocupaciones.