De las tres clasificaciones de Ecuador a la Copa del Mundo de la FIFA la que llevó a la Selección a Japón-Corea del Sur 2002 es, seguramente, la más especial de todas. Tuvo varios ingredientes aquella jugada al arranque del siglo XXI que faltaron en las exitosas campañas rumbo a Alemania 2006 y Brasil 2014, que por sus respectivas importancias históricas y deportivas no se discute.