Ter Stegen y Claudio Bravo llegaron el mismo verano al FC Barcelona. Era el 2014. El director deportivo del momento, Andoni Zubizarreta, cerró la compra del alemán, al que veía como sustituto del gran Víctor Valdés para el futuro, pero para guardarse las espaldas también firmó al portero chileno, más experimentado y que acumulaba buenas temporadas en la Real Sociedad. Los dos, eso sí, tenían una calidad indiscutible. Ante esta situación, Luis Enrique decidió que Bravo jugase la Liga y Ter Stegen, que por esos días tenía 22 años, la Champions y la Copa del Rey.