Mino Raiola es un representante peculiar. Acostumbrado a manejar estrellas del firmamento, ve ahora en Erling Haaland una nueva oportunidad para pasear por el mundo a un titán y sacar en el proceso alguna que otra comisión. El pasado jueves, se fue de tour por España. Primero aterrizó en Barcelona, donde mantuvo una reunión con Joan Laporta. Después, en Madrid, en la que mantuvo una charla con hombres cercanos a Florentino Pérez. Algún que otro aficionado le recriminó en redes sus desplazamientos en plena pandemia y con las restricciones de movilidad impuestas. El agente tenía permiso, al tratarse de asuntos de negocios. Con otro sentido, ya son varios los clubes que “recriminan” al protagonista su actitud en tiempos de coronavirus. El dinero ya no se mueve como antes en el mundo del fútbol...