El diario Clarín, de Buenos Aires, informó esto la noche del viernes en su edición digital: “Ya es oficial: Diego Martínez es el nuevo director técnico de Boca Juniors. El entrenador de 45 años, que esta tarde rescindió contrato con Huracán, firmó su nuevo contrato minutos antes de la medianoche de este viernes”. El fichaje del adiestrador con el más popular club de Argentina estuvo envuelto en una polémica similar a la que generó Gustavo Alfaro, adiestrador de Ecuador en el Mundial de Qatar 2022, con esos mismos equipos de su país.

Agrega Clarín en su nota: “Martínez tenía un contrato con Huracán con vigencia hasta junio del 2024. Sin embargo, el interés de Boca fue suficiente para que el entrenador cambiara de planes. Y eso implicó que el conjunto de Parque Patricios se quedara sin DT de su equipo antes de la pretemporada”.

El periódico Olé, en su edición argentina, encabeza así su información: “De Alfaro a Martínez: la bronca de Huracán con Boca y los técnicos”, y refiere que “Huracán vive una película repetida: con la salida de Martínez, recuerda la salida de Gustavo Alfaro a Boca en 2019″. A Martínez Huracán ya le exigió el resarcimiento correspondiente: los seis meses de contrato que él tenía por delante y que decidió no cumplir, más el mes de comisión adelantada que había cobrado su representante.

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‘Se mean’ por Boca

Alfaro y Martínez se fueron de Huracán por la puerta trasera. “No es la primera vez que un técnico con contrato vigente decide abandonar el Globo, aspirando asumir en Boca. En el 2018, Gustavo Alfaro renunció en Huracán y días más tarde fue presentado como nuevo técnico del Xeneize. En Parque Patricios viven una película repetida. Tanto Alfaro como Martínez tenían un proyecto en Huracán. Hasta que Boca los llamó...”, menciona Olé.

El rotativo La Tercera, de Chile, reproduce fuertes declaraciones del máximo dirigente del tradicional Huracán sobre la marcha de Martínez, “quien aparentemente destrabó su salida de Parque Patricios, cuadro con el que tenía contrato vigente”. David Garzón, presidente del club, no pudo esconder su furia después de que Boca hiciera oficial la llegada de Martínez.

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“Está bien, que vaya donde quiera. Es real. Llama Boca y se mean, se van desesperados y no respetan a un club que les ha dado todo. Nosotros nos tenemos que hacer valer. Pero bueno, está bien, no pasa nada. Son las reglas del juego”, explicó el mandamás del cuadro quemero a radio La Red.

Fracaso de Alfaro

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Incluso, el dirigente desconoció un acuerdo sobre la salida del DT. En La Tercera se lee: “Acá no hay nada acordado, acá en Huracán estamos esperando que Martínez se presente, renuncie o se pague lo que se tiene que pagar… ¿Qué tiene que hacer? Pagar lo que le pide Huracán y mandar la renuncia. Hoy (jueves) se tenía que presentar a hablar para renunciar o lo que sea. Que un club anuncie la contratación de un técnico siendo que todavía es de Huracán es una barbaridad. Me enoja. Es como si yo anunciara que vienen a Huracán (Edinson) Cavani o Sergio Chiquito Romero. Armó un lío bárbaro”.

¿Cómo le fue a Gustavo Alfaro, el hombre de las utopías imposibles cuando se ‘escapó’ de Huracán a Boca? Olé lo recuerda: “Después en Boca no le fue del todo bien, quedó marcado por poner a Franco Soldano de 8 en el Monumental en un superclásico, por quedar eliminado en semifinales de Libertadores con River y porque terminó durando menos de un año en el cargo. En Huracán Lechuga Alfaro dirigió 46 partidos: ganó 22, empató 15 y perdió 9. Clasificó a la Copa Libertadores 2019 y el proyecto generaba ilusión de poder pelear un campeonato. Pero en un abrir y cerrar de ojos, todo terminó...”.

Nueve meses después de su desvinculación de Boca, Alfaro fue contratado por la Federación Ecuatoriana de Fútbol. Clasificó a la Selección a la Copa del Mundo de Qatar 2022, certamen en el que fue eliminado en la fase de grupos al perder 2-1 con Senegal con un planteamiento timorato -como la calificó la prensa internacional-. Hoy Alfaro dirige a Costa Rica, mientras espera cobrar $ 2 millones a la FEF, por orden de la FIFA, por una demanda que ganó. (D)