En tiempos en que los futbolistas ecuatorianos arribaban por cuentagotas al balompié de México, en cantidades realmente reducidas, los éxitos alcanzados por esos pocos elegidos los convirtieron en leyendas eternas. En la actualidad, cuando el número de tricolores que se enrolan a clubes aztecas es mucho mayor que antaño, con lamentable frecuencia las campañas que cumplen en distintos equipos están ligadas a la intrascendencia o el fracaso.