La instancia en que el domingo pasado se debía jugar el Clásico del Astillero era estelar por todo lo que estaba en juego. Las circunstancias daban para que Emelec luche por conseguir el triunfo, porque su posición expectante en la tabla de la segunda etapa así lo exigía. El partido se inició con un marco de público exclusivamente eléctrico, bajo las órdenes del árbitro Franklin Congo y con asistencia del sistema VAR, comandado por Carlos Orbe.