Jannik Sinner se convirtió en el primer italiano en ganar el prestigioso Torneo de Maestros, la competencia que marca el cierre de la temporada tenística anual. Un logro que, además, rompe una sequía de 44 años en la que ningún representante de Italia había alcanzado este título.
Pero lo de Sinner no se queda ahí. Su triunfo tiene un peso especial: es el primer jugador desde Ivan Lendl en 1986 en conquistar la Copa Masters sin ceder un solo set. Un dato que reafirma el dominio absoluto del joven italiano en esta edición del torneo.
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El 2024 de Sinner ha sido un año memorable, un ascenso meteórico que comenzó en enero con su primer título de Grand Slam en el Abierto de Australia. Meses después, desplazó a Novak Djokovic del puesto número uno del ranking ATP, un hecho que marcó un cambio generacional en la cima del tenis masculino. En septiembre reafirmó su condición de estrella al ganar su segundo major en el US Open.
El destino quiso que sus dos grandes finales del año, el US Open y el Masters de Turín, fueran contra el mismo rival: el estadounidense Taylor Fritz. Fritz, quien ha tenido el mejor año de su carrera, no logró descifrar el juego sólido y determinante de Sinner en los momentos clave.
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Sinner no solo ha puesto en alto el nombre de Italia en el tenis mundial, sino que también ha demostrado que el futuro del deporte está en las manos. Su 2024 no es solo un año exitoso; es un punto de inflexión en la historia del tenis contemporáneo.
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Nacido en San Candido, en la región de Bolzano, Sinner es un reflejo de la diversidad cultural de Italia. Criado en una zona fronteriza con Austria, donde conviven el alemán y el italiano como idiomas oficiales, su nombre y apellido evocan más raíces germánicas que latinas. Sin embargo, esto no ha impedido que los tifosi azzurri lo adopten con pasión y orgullo como el nuevo ídolo del tenis italiano.
Desde muy joven, Sinner demostró que su talento trasciende fronteras. A los 13 años dejó su tierra natal en los Alpes para mudarse a la Riviera italiana, donde inició una etapa clave de su formación como tenista. Hoy, ese joven que alguna vez soñó con triunfar en el tenis, es también un apasionado seguidor del AC Milán, conectando con el corazón futbolístico de Italia.
Fuera de las canchas, Sinner también ha acaparado titulares gracias a su relación con la tenista rusa Anna Kalinskaya. La pareja no ha ocultado su romance y se les ve frecuentemente juntos, tanto dentro como fuera de los torneos, convirtiéndose en un símbolo de la fusión entre lo profesional y lo personal en el deporte.
El 2024 ha sido un año de ensueño para Sinner, pero aún podría cerrarlo de manera más gloriosa. Esta semana, en las finales de la Copa Davis que se disputan en Málaga, tiene la oportunidad de coronar la temporada al liderar a Italia en busca de la Ensaladera de Plata. No será fácil, con rivales de peso como la Armada Española y un renovado equipo de Estados Unidos en competencia, pero el momento de Sinner parece imparable.
Italia tiene en Jannik Sinner más que un campeón: tiene un símbolo de perseverancia y talento que sigue escribiendo nuevas páginas en la historia del deporte italiano. (O)