La decisión del Valladolid de no castigar deportivamente a Gonzalo Plata y las palabras del técnico Pacheta zanjan futbolísticamente todo el desagradable asunto del accidente de coche del ecuatoriano. Insisto, lo zanjan futbolísticamente. Administrativamente, el club sancionará, como tiene que ser, con dureza un comportamiento irresponsable que puso en peligro la vida de varias personas y la de él mismo.
Y judicialmente, como ciudadano, Gonzalo Jordy Plata Jiménez, de nacionalidad ecuatoriana y de 21 años, se someterá a la decisión de un juez tras haber cometido un delito contra la seguridad vial y se someterá al Código Penal español. Y ese es el factor realmente importante. Como a cualquier persona que cometa un hecho tan reprochable será la justicia ordinaria la que le deberá juzgar con toda la dureza y rigor posibles. Estoy en contra de un juicio paralelo, mediático, futbolístico.
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Ser jugador, famoso y con un buen salario no puede ser un agravante. Para nada. Y tengo la sensación de que a Plata se le está juzgando al margen del juicio que en su momento tenga que llevarse a cabo. Y no me parece justo, ni bueno, porque esos juicios paralelos de los medios o de las redes sociales no suelen ser juicios ponderados.
Plata es, antes que futbolista, una persona. Una persona que ha cometido un grave error por el que tendrá que pagar y lo hará, como otro ciudadano más, pero el hecho de que vista la camiseta del Real Valladolid no puede ser la causa de una lapidación popular.
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Por eso estoy de acuerdo con la postura del club de darle una segunda oportunidad. Al Plata persona, no al Plata futbolista. Posturas como la de expulsarlo del club o tenerlo un mes sin jugar no ayudan a nada. Ni sirven tampoco de escarmiento. Suficiente penitencia va a llevar a cuestas con las consecuencias morales, económicas y judiciales que se le van a venir encima.
Eso sí, Plata no puede volver a defraudar. La reincidencia sería algo ya imposible de soportar. Ha sido un chico con suerte. Podía haber arruinado su vida o haberla perdido o haber matado a otras personas. Y ahora tiene la oportunidad de aprender. Alcohol, fiesta y deporte son absolutamente incompatibles. (O)