El funcionamiento de la selección de Ecuador, en el amistoso contra Argentina, fue un desastre. Hubo improvisación en las posiciones de varios jugadores y una mala alineación. Estamos muy lejos de lo que nos ofrecieron respecto a ser protagonistas serios y pelear para ganar la Copa América. El partido contra la Albiceleste era comprobatorio, pero Félix Sánchez Bas modificó toda la formación, de manera sorprendente.

En Chicago, el técnico de Ecuador no puso delanteros y ha convocado a futbolistas lesionados que no puede utilizar. ¿Qué puedo decir de un equipo que durante 90 minutos no tuvo una sola opción de gol? Durante todo el primer tiempo los tricolores no pudieron dar dos pases correctos seguidos, y por ejemplo, Piero Hincapié jugó el peor partido que le he visto.

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La imagen del fútbol ecuatoriano, después de la presentación frente a Argentina, se vino abajo. El estilo y la estrategia no le importan mucho a Sánchez Bas. Al español le interesa únicamente el resultado y decir que ante el campeón del mundo se perdió apenas por 1-0.

Lo que se haga frente a Bolivia (12 de junio) y Honduras (16 de junio) no servirá como una real medida valorativa, pero pueden ser útiles ambos rivales para recuperar emocionalmente a los futbolistas, que sienten la dura crítica que se ha hecho con justa razón. Sin embargo, he escuchado al DT decir que en esos dos amistosos podría darle la oportunidad de jugar a varios alternantes. Uno se pregunta para qué son estos duelos: ¿para entrenar o para comprobar? Son para intentar conseguir el funcionamiento colectivo requerido para ir a la Copa América de Estados Unidos.

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Argentina, con la excepción de Lionel Messi, que ingresó luego, puso ante Ecuador todo el contenido futbolístico que pudo para determinar cuál era su verdadero funcionamiento frente a la Selección, o ante quien jugara. Nosotros, no. Vamos a alinear a alternantes. Esa es otra contradicción de Sánchez Bas.

El panorama no es bueno para Ecuador. Para mí era más alentador por los dichos (“estamos para competirle a cualquiera”, declaró Francisco Egas, presidente de la FEF, en abril anterior), pero por los hechos del español Sánchez Bas -la convocatoria, la estrategia, la forma de juego- nuestra ilusión ha disminuido un poco de cara a la Copa América.

Los números del entrenador maquillan el mal funcionamiento que vemos partido tras partido, pese a que se le ha ganado a Uruguay, a Chile (en eliminatorias). Pero en las presentaciones de la Selección no hay buena imagen, tampoco identidad ni estilo, solo hay improvisación. En las ruedas de prensa Sánchez Bas nos cuenta historias que no corresponden a la realidad.

Hay materia prima importante e interesante, pero ante Argentina se devaluaron. Por ejemplo, a Hincapié, Sánchez Bas le hizo mucho daño al ubicarlo donde lo puso, y lo de Ángelo Preciado fue lamentable. Creo que los seleccionados ya no confían en las charlas que en el camerino les da el entrenador. (O)