Es indiscutible que los dos equipos del Astillero –por el peso de sus historias, porque deben dar resultados de inmediato y porque siempre tienen presión– deben tener en sus agendas la aspiración de llegar a ubicaciones privilegiadas en cualquier campeonato en el que participen. Tienen la obligación impostergable de ser protagonistas, y las excusas para eludir responsabilidades, que contradicen lo que ofrecen en las vísperas de los torneos, no deben servir de titulares de noticias.