El domingo pasado en el estadio George Capwell, Independiente del Valle, vigente campeón de la LigaPro, derrotó en buena lid a Emelec por 3-2. Un partido apasionante, en que el equipo quiteño aprovechó las inseguridades propias de una plantilla limitada por la ausencia de jugadores, por diversas razones, y por la equivocación en la implementación táctica del entrenador Ismael Rescalvo. También, la opaca actuación del árbitro Franklin Congo, que en el momento de tomar la decisión de expulsar a un jugador de Independiente se hizo de la vista gorda con la complicidad del VAR. Con todas estas contrariedades, el partido estaba para un análisis detenido de cómo jugó esa noche el campeón, cómo su disposición táctica hizo ver las costuras al sector defensivo del equipo eléctrico.