El arquero puede salvar un partido, sin duda, cientos de miles de veces pasó, pero ¿ganarlo…? En el caso de la final de la Copa Sudamericana no hay muchos espacios para el debate: sí, Nahuel Losada, platense, 32 años, fue completamente decisivo para que Lanús levante el trofeo 2025 frente a Atlético Mineiro. Desde el primer minuto evidenció una fortaleza mental fantástica para una final. Se notó de arranque que iba a ser actor fundamental en la definición. Tenía un brillo en los ojos, estaba implicado, atento, anímicamente crecido, en ganador. Salvó dos situaciones de gol netas, sobre todo una en el alargue, al minuto 112, cuando el brasileño Biel se fue solo, solo, solo para anotar el gol del título y Losada le tapó el tiro. Si entraba esa, adiós mi plata. Pero se vistió de Dibu Martínez. Ahí salvó a Lanús. Luego paró tres penales en la tanda definitoria. Ahí lo ganó.
Lanús fichó a Losada en julio de 2024 por 1.100.000 dólares, Losada le hizo ganar al club 6,5 millones solamente en la final. Acierto total. Ya en el minuto 20 tuvo una atajada colosal ante un remate de Guilherme Arana sobre la línea de gol. Luego se vio que Arana estaba fuera de juego, pero la proeza estaba hecha y ahí quedó claro que el golero sería una piedra en el camino del Mineiro.
El héroe de la conquista es un obrero del fútbol. Encontró la gloria en un recodo del camino después de lucharla muchos años en clubes del ascenso: Unión de Mar del Plata, Atlanta en Tercera, All Boys en Segunda, un paso por el Deportivo Pasto colombiano. Y en medio de tanto anonimato, una luz: subió a Primera con Belgrano. Fue papá muy joven, se ayudó manejando un taxi, muchas veces quiso dejar, pero su padre le insistía que no, que se le iba a dar. Y tras levantar la Copa Sudamericana dejó un mensaje emotivo a los miles de trabajadores del fútbol, los de equipos chicos, los que no ganan fortunas, los que luchan en las categorías de abajo: “Sigan remando, el esfuerzo paga”.
La euforia no le impidió a Losada analizar bien el duelo: “Era muy difícil la final, Atlético Mineiro demostró que es un equipo brasileño, pero nosotros también somos duros, eh…”
Lanús campeón de la Sudamericana 2025. Por segunda vez. Honor al ascendente club del sur del Gran Buenos Aires. Una entidad pequeña en los tiempos fundacionales, que tocó fondo a fines de los ’70. En 1977 descendió a Primera “B” y en 1978 a la “C”. A partir de ahí, un grupo de socios se juramentó no sólo devolver el equipo a Primera sino construir un estadio del que sentirse orgullosos, ser animadores y campeones, establecer bases de solidez institucional. Les llevó cuatro décadas, mas lo lograron ampliamente. Lanús no entra a las copas para llevarse el premio por intervenir, quiere todo. Ya fue tres veces finalista. Se llevó un botín importante de esta Sudamericana: 9.845.000 dólares por el total de la participación. A los que deberán sumarse los 3 millones de arranque en la Libertadores 2026 por haber clasificado y también lo que cobre por la Recopa Sudamericana. Equivalente a vender un crack a un club grande de Europa. Ganar sirve ahora…
Final de 0 a 0. Faltó épica. Los penales salvaron emocionalmente una final sosa, desabrida en los 127 minutos que duró el juego entre tiempo normal y suplementario. Sin brillo de ningún lado, con escasas jugadas que emocionaran, al promediar el primer tiempo ya había olor a definición por penales. Y así ocurrió. Atlético Mineiro tiene un valor de mercado de 97,4 millones de euros, Lanús de 32,9. Sin contar la historia de uno y otro, brillante la de Atlético, modesta la de Lanús (aunque en la cantidad de hinchas que llevaron a Asunción estuvieron parejos). Es lógico que fuera favorito el equipo de Belo Horizonte, en las apuestas y en los análisis previos. También que ejerciera un leve predominio en el juego y hasta tuviera un par de situaciones más para marcar. Pero nunca estableció superioridad manifiesta. Fue tibio. Lanús supo desarticularlo, obstruirlo gracias a un mediocampo esforzado que trabó, luchó, presionó. Y aparte tuvo un triángulo posterior virtuoso, impecable: el mencionado Losada y los zagueros Izquierdoz, enorme capitán, con temple ideal para una final, y José María Canale, aguantador como buen paraguayo, firme, resistente, metedor. Este es otro buen fichaje granate. Y sin gastar de más.
El juego en sí no da para más de diez líneas de comentario. ¿Es un campeón brillante Lanús…? Digamos que tiene el mérito de haber perdido un solo partido de 13 disputados. Y el de recibir muy pocos goles, apenas 8. Un reflejo de su característica de juego: se arma de atrás hacia adelante y se hace fuerte desde la presión en el mediocampo. Es la primera corona de Mauricio Pellegrino como técnico después de trece temporadas dirigiendo en España, Inglaterra, Chile y Argentina. Fue un zaguero importante de Vélez Sarsfield, el FC Barcelona y el Valencia, con una personalidad asombrosa en el campo, y ganó cantidad de torneos con los tres clubes, pero se le negaba como entrenador. Siempre hay una primera vez y esta es la suya.
Hay una creencia generalizada de dominio abrumador del fútbol brasileño en los torneos continentales, lo cual se acentuó en los últimos tiempos. Aunque es ciertamente debatible. Con esta consagración de Lanús, los clubes argentinos suman 11 Copa Sudamericana y los brasileños 5. En Libertadores sí hay una seguidilla en los últimos años de la patria de Pelé y Garrincha. No obstante, sigue arriba Argentina con 25 ediciones triunfales contra 24 de Brasil. Claro que ahora quedarán igualados en 25 el sábado próximo pues dirimirán la final Flamengo y Palmeiras.
Otro tanto sucede cuando se habla del predominio en la región “del fútbol brasileño”. Más preciso sería decir “clubes del fútbol brasileño”. Los mencionados finalistas cuentan con alta cantidad extranjeros en sus filas, y la mayoría son titulares. De modo que establecen una supremacía, sí, pero con materia prima diversa. Flamengo tiene 9 foráneos: Rossi (argentino), Varela, Viña, De Arrascaeta y De la Cruz (uruguayos), Saúl (español), Pulgar (chileno), Carrascal (colombiano) y Plata (ecuatoriano). Palmeiras cuenta con 8 de otras tierras: Giay, Aníbal Moreno, José López (argentinos), Piquerez y Emiliano Martínez (uruguayos), Ramón Sosa y Gustavo Gómez (paraguayos). En Atlético Mineiro hay 7 de afuera. Significa que el poderío lo consigue el mayor presupuesto disponible para fichar. Si jugaran solo con brasileños otra sería la canción. Pero, atención: Flamengo y Palmeiras son la creme de la creme, el resto es más terrenal, más accesible para los vecinos.
Un punto para Conmebol: la puesta en escena de la final fue impecable. Orden, prolijidad, la ceremonia de premiación sobria y coqueta, y el campo de juego del Defensores del Chaco un billar. Lo que está bien, está bien, diría Perogrullo. ¡Y qué lindo es ver un final sin escándalo ni agresiones…! (O)






















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