El peligro existente es que voces interesadas insisten en que Damián Díaz es suficiente. Nadie puede desconocer el gran aporte que ha sido para el Barcelona, pero debemos reconocer que ya no es un jugador dinámico; el peso de los años le ha quitado velocidad, continuidad y resistencia. Y los que piensan que Gabriel Cortez puede ser la alternativa están muy equivocados. En los últimos años como canario, su participación ha sido esporádica, su contenido futbolístico no alcanza y su ritmo es cada vez más cadencioso.