El arribo de Gianni Infantino a Sudamérica se ha cocinado buen tiempo con mucho sigilo, con precaución, sin que alguien pueda pensar siquiera que su presencia sea para observar de cerca el curso de las eliminatorias, verificar la veracidad de las polémicas, por los perjuicios y beneficios del arbitraje, y cuánto influye el cada vez más desacreditado VAR. En general, cuando el mandamás de la FIFA no promociona su visita es, seguramente, porque algo se trae entre manos. Esta vez estará en Ecuador, Venezuela, Colombia, Chile y Argentina. Y en cada país no estará más de un día.