Nada puede ser rescatado de la desastrosa y amarga temporada 2023 del balompié de Guayaquil. La ciudad que fue cuna del fútbol de Ecuador evidenció que su calidad de potencia está en declive. Que los antes competitivos y poderosos equipos porteños se conforman con las migajas que otros dejaron sobre la mesa. “Cumplimos con uno de los objetivos que era la clasificación a la Copa Libertadores”, dijo Damián Díaz cuando Barcelona SC quedó fuera de combate por el título de la Liga Pro. Y Carlos Alfaro Moreno, al terminar su periodo presidencial, confesó la alegría de haber derrotado a Liga de Quito de visitante (tras 26 años de mala racha en Casa Blanca) y de local.