Si existe un insulto imperdonable para un hincha de Boca es decirle que su equipo “gallineó”. Y más en Copa Libertadores. Pero esta vez los xeneizes no reaccionaron ante la “afrenta”, quedaron chatos, son conscientes del papelón. Ellos mismos masticaban rabia: “jugamos a lo River”. Agravado porque veinticuatro horas antes River había dado una sobrada muestra de coraje ante Palmeiras; a punto estuvo de la hazaña de levantar un 0-3 en Brasil, habiendo arrinconado durante 101 minutos al Verdão en el Parque Antarctica. Con once y con diez hombres. Y así como River casi consigue la proeza –le sobraron fútbol, guapeza y situaciones– Boca se pudo haber traído cinco o seis goles de Vila Belmiro; directamente, no compitió.