Se aproximan las elecciones en nuestro país y la expectativa es alta. La sociedad espera que los candidatos no solo se dediquen a enunciar problemas estructurales que Ecuador soporta; los ciudadanos seguimos esperando que sean más explícitos en decirnos cómo lo van a hacer. Tienen la obligación de demostrar que sus planes de gobierno contemplan soluciones razonables. Hasta este momento la gran mayoría de los candidatos a la Presidencia de la República han repetido en coro que bajarán el índice del desempleo, que traerán inversión extranjera, que detendrán a raya la corrupción, que armarán hasta los dientes a la fuerza pública para erradicar la delincuencia, que respetarán los fondos del Seguro Social, que bajarán el IVA, que bajarán los intereses bancarios, que impulsarán el agro, como mecanismo para recuperar la economía.