Conocido el resultado de la final de ida del campeonato ecuatoriano de fútbol 2020, disputada en el estadio Monumental entre Barcelona y Liga de Quito, considerábamos que el empate a 1 era un resultado favorable para el visitante. El partido de vuelta en el Rodrigo Paz –que por mucho tiempo ha sido un reducto inexpugnable de los albos, sobre todo contra los canarios, adicional el peso que representa jugar a 2.800 metros de altitud– iba a ser una prueba exigente. Igual, tomando en cuenta esas adversidades, me animé a creer que nada estaba escrito si bien Liga se destacaba por su orden táctico. También señalé que percibía que Barcelona, ubicado en estas instancias de finalistas, seguía aferrado a la esperanza de conseguir su corona decimosexta.