La FIFA, que había sido fundada en 1904, no había podido promocionar al fútbol como era su propósito y el objetivo contemplado en sus iniciales estatutos. Los primeros diez años, solo varias asociaciones de balompié de Europa estaban afiliadas. Los temas que entorpecían la consolidación eran el blindaje al fútbol de reglamentos institucionales y de uniformidad en cuanto a reglas de juego y regulaciones arbitrales. Pese a todo aquello, los primeros países más allá de Europa que se afiliaron fueron Sudáfrica (1910), Argentina y Chile (1912), y Estados Unidos (1913).