Al conocer el mundo el fallecimiento de Diego Armando Maradona (1960-2020) -uno de los dioses del balón- las naciones, los millones de fanáticos, las dirigencias, el gigante planeta poblado de deportistas, el periodismo y los que consideran el fútbol como una religión recibieron la noticia con un silencio inadvertido y con lágrimas que describían tristeza. Se ausentaba Diego de esta vida natural. Un monstruo del balón que demostró jerarquía, carácter y liderazgo en las arenas en donde jugaba con la camiseta número 10.