¡Qué maravilla es la Eliminatoria…! Un tsunami de pasiones. Alegra, entristece, encoleriza, ilusiona, decepciona. Ecuador pasó de las más bajas expectativas a una esperanza muy, muy grande (con razón), Uruguay del malhumor inicial a la sonrisa del viernes; Colombia fue goleado de local y se amontonan los calificativos tremebundos: “vergüenza”, “desastre”, “humillación”. Euforia en Chile: “Así los queríamos ver, cabros”, titula en su portada La Cuarta. Y en la Argentina braman contra el juez brasileño que arbitró frente a Paraguay. Lo notable es que no hay indiferentes frente a esta competición que es, por mucho, la más visceral de todas. Atañe como ninguna a la nacionalidad y a los nacionalismos; los despierta. Cada fecha deja muchísimo material de opinión.