La Copa Libertadores está contaminada. La competición más importante de Sudamérica no ha podido con el coronavirus y cada día surgen nuevos casos positivos entre los equipos participantes. Las medidas de seguridad impuestas por la Conmebol no han sido suficientes y da la sensación de que se ha dado prioridad al espectáculo por encima de la salud de los propios cuerpos técnicos y jugadores implicados y sobre todo, por encima de la salud pública. Son diez los países implicados en el torneo, diez países a los que la pandemia ha azotado con fuerza. Esos jugadores, técnicos, preparadores físicos, utileros tienen familias, amigos, etc. con los que les toca convivir en su día a día y un sólo caso en un mismo plantel puede tener consecuencias para muchas personas.