La nominación de Gustavo Alfaro para ejercer la dirección técnica de nuestra Selección fue toda una sorpresa. No constaba entre los más apetecidos, como eran Guillermo Almada, Héctor Cúper y hasta Juan Antonio Pizzi. Pero con el pasar de los días, y urgidos porque la Conmebol ratificó que la eliminatoria se iniciará el próximo mes de octubre, fueron descartados por cualquier razón o circunstancia los que más sonaban. Se supo que Almada dio un paso al costado por la lógica razón de que no podía aceptar una propuesta económica menor a la que percibe en México. Y los DT nativos de nuestro país nuevamente fueron postergados porque sencillamente la dirigencia no les tiene fe.