Increíble, histórica, inédita, espectacular, apabullante, escandalosa… Decenas de calificativos más podrían agregarse con el salero a la monumental goleada de 8 a 2 que el Bayern Munich le propinó al Barcelona en cuartos de final de la Copa de Europa y de la que hemos sido contemporáneos. Así como fuimos testigos del 7-1 de Alemania a Brasil, también nos tocó esta. Afortunados, no nos lo cuentan los libros. Con aquello de Brasil creíamos haber visto todo, pero no. El fútbol mundial asistió perplejo. Es completamente anormal un arrasamiento de tal magnitud entre equipos grandes, de alcurnia. Apenas se recuerda ese 7 a 1 y el 6 a 3 de la Hungría de Puskas a Inglaterra (en Wembley) en 1953. La frase “pudieron ser diez o doce goles” no es apenas un clisé sino real. Fue una masacre futbolística que se evocará por décadas.