Álex Aguinaga (Ibarra, 1968), el ecuatoriano que en el 2017 fue calificado como “una auténtica leyenda del fútbol en Sudamérica” por un diario mexicano que hizo un repaso de la fabulosa trayectoria deportiva del símbolo del Necaxa, es irrespetuosamente acusado por un sector del periodismo deportivo del país de “venderse” en los medios de comunicación, “promoverse” y “pedir entrevistas”. Los dardos le llegan por hacer público un deseo que no es nuevo en él: querer ser técnico de la Selección. Los mismos que recomiendan a la Federación Ecuatoriana de Fútbol contratar a Matías Almeyda –un nombre que se repite en el país siempre que queda vacante el cargo de entrenador de la Tricolor–, a Jorge Célico, Jorge Sampaoli, Paúl Vélez, Pablo Repetto, Guillermo Almada, Edgardo Bauza, Guillermo Barros Schelotto, o al DT de sus predilecciones, objetan el derecho de Aguinaga a soñar despierto con el cargo de seleccionador nacional. En charla con Diario EL UNIVERSO, el futbolista que jugó ocho veces la Copa América, infaltable entre 1987 y el 2004 en la Tri, y que capitaneó a Ecuador en su primera Copa del Mundo (Japón-Corea del Sur 2002), aclara que no está desactualizado, y que “lo más importante ahora es hacer un trabajo de integración y de unión muy fuerte, si el directorio de la Federación decide” que él sea el reemplazante de Jordi Cruyff.