Referirme al Club Sport Patria es trasladarse a esas épocas del Guayaquil que crecía con una juventud vigorosa, sana, preñada de ese fútbol callejero, donde los amigos escudriñaban sus habilidades futboleras para convertirse en los más elogiados o en los más importantes de su barriada, que por esos tiempos eran numerosas por los cuatro puntos cardinales; de ese Guayaquil que se abría paso, lleno de necesidades elementales, pero pujante como fue siempre y con mayor razón en esas primeras décadas del siglo XX.