Ordenar bibliotecas, leer, escribir, devorar películas, hacer teletrabajo, descansar… Son algunas de las ocupaciones que cientos de millones compartimos en estos obligados días de cuarentena. Y revivir partidos antiguos, otra. Alguien nos sugirió ver la final del Mundial de 1970, Brasil 4, Italia 1, que la vimos en tiempo real, completamente extasiados, hace justo 50 años, cuando la novedad del satélite nos trajo la emoción en vivo y en directo. Vaya por delante que, al menos durante dos décadas, quizás más, sostuvimos –como tantos– que aquella definición de México 1970 era el choque más extraordinario del fútbol en su conjunto.